¿Qué diferencias hay entre la anorexia y la bulimia?


Actualmente, las sociedades occidentales imponen unos cánones de belleza, que la gente se ve obligada a seguir para integrarse. Esto tiene gran influencia sobre todo en la etapa de la adolescencia, donde la identidad personal y el autoconcepto están aún en formación. Estas imposiciones, también debido al carácter desigual de la sociedad en cuanto a exigencias por sexos, tienen más efecto en las adolescentes. Esto las lleva a imponerse unas metas de imagen corporal poco o nada relacionadas con la realidad y cuanto menos ,con la salud. Hay dos trastornos alimenticios de los que casi todos hemos oído hablar alguna vez y de los que os voy a hablar hoy en este post: anorexia y bulimia.

Anorexia



También se denomina anorexia nerviosa y, como he dicho anteriormente, es un trastorno de la alimentación, con un inicio normalmente en la adolescencia. Se caracterizaría por una restricción de la alimentación en relación con las necesidades energéticas hasta presentar un peso significativamente bajo con respecto a la edad de la persona, su sexo y salud física. Las personas que presentan anorexia nerviosa tendrán miedo intenso a ganar peso o a volverse obesos y puede presentarse también una alteración en la percepción del peso y de la silueta corporal. 

Los tipos de anorexia nerviosa serán dos principalmente. El primero de los tipos, el restrictivo se caracterizaría por una pérdida de peso debida sobre todo a la dieta, el ayuno y/o el ejercicio excesivo. En cuanto al subtipo con atracones o purgas, se caracterizaría por una pérdida de peso, pero en esta ocasión provocada por la presencia de atracones y purgas compensatorias después (vómito auto-inducido, uso de laxantes o diuréticos incorrectamente). 

Este trastorno alimenticio tiene una mayor prevalencia en chicas (alrededor de 0,5% de la población). Su tasa de recuperación sería de aproximadamente el 70-80%, pero, por desgracia, la mortalidad es bastante alta si cursa con cronicidad (10%).

Bulimia nerviosa


En el caso de la bulimia, muchas de las características son compartidas con el anterior trastorno que he explicado. En este caso, en cambio, el inicio suele ser algo posterior, siendo menos frecuente encontrar a pacientes pre-adolescentes y adolescentes de corta edad que la presenten. 

Sus síntomas serían sobre todo los relacionados con los atracones de comida y los comportamientos compensatorios. En cuanto a los atracones, se darán episodios recurrentes que se caracterizarían por la ingesta en un corto espacio de tiempo de una cantidad de alimentos que es claramente superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un periodo similar temporalmente y en condiciones parecidas. Además, también entraría en este punto una falta de control sobre esta ingesta masiva. Tras ello, aparecería lo que se llamas comportamientos compensatorios, que serían conductas emitidas por la persona de cara a evitar el aumento de peso y como consecuencia del atracón previo (sentimiento de culpabilidad). Estas conductas compensatorias podrían ir desde el vómito auto-provocado al ayuno o el ejercicio excesivo. 

En este trastorno la autoevaluación de la persona se ve claramente influida por el peso y la silueta corporales. Esta alteración no se produce exclusivamente durante los episodios de anorexia nerviosa, sino que puede constituirse como una categoría aparte. 

Los subtipos serán: purgativo (vómito, laxantes, etc) o no purgativo y la gravedad se medirá dependiendo de la frecuencia de los comportamientos compensatorios, siendo leve cuando estas conductas se presentan de 1-3 veces por semana, moderado con un promedio de 4-7, grave de 8-13 y extremo cuando excede de los 14 episodios. 

Este trastorno, por lo general, tendría una mayor prevalencia que la anorexia nerviosa, entorno al 1-2%; y entre el 30-50% de los casos de anorexia nerviosa pueden'virar' a un diagnóstico de bulimia en los 3 primeros años. 


Cabe destacar que aquí solo se explican los síntomas muy resumidos, pero detrás de cada caso hay unos desencadenantes que, en la mayoría de los casos, no son biológicas. 

Además, debido a la gravedad para la salud de estas pacientes, si se ve alguna conducta de este tipo, la recomendación inmediata es pedir ayuda a los servicios sanitarios, tanto médicos como psicológicos, pues ambos son relevantes en la intervención de estos casos. 



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