Vamos a hablar de tartamudez
¡Feliz miércoles a todos! Hoy os traigo nuevo contenido al blog: la tartamudez. Antes de nada, decir, que son personas que tartamudean, no tratamudos. Ellos prefieren ese término ya que no consideran que sea un problema, sino simplemente una característica más de su habla. Hecho con el que estoy en todo punto de acuerdo, debido a que nunca es bueno elegir una etiqueta que enfatice una discapacidad y tenga connotaciones tan negativas.
En España, los términos que pueden asociarse a la tartamudez son, por ejemplo la disfemia o los trastornos de fluidez. Sin embargo, el término de disfemia es más amplio que la tartamudez en sí misma, ya que la incluiría. Con ello, tendríamos que la disfemia es un síndrome específico que tendría tres síntomas principales:
a) Tartamudez o dificultades específicas en el habla
b) Logofobia o miedo a hablar (síntomas psicológicos)
c) Balbismo o movimientos asociados (tics, etc.)
Cuando hablamos de la tartamudez, acudimos normalmente a la metáfora del iceberg, del que solo se vería una parte pequeña (conductas manifiestas de tartamudeo como bloqueos, muecas, repeticiones, etc.), ocultándose muchas cosas más, que realmente son importantes, como pueden ser las conductas de evitación de ciertas situaciones, los trucos o los miedos. El término de disfemia del que os he hablado antes, englobaría la totalidad del iceberg.
Hay varios tipos de tartamudez, pero la más habitual es la llamada evolutiva o del desarrollo, la cual aparecería en la infancia como disfluencia del habla. En el DSM-5, manual diagnóstico utilizado por los psicólogos, la tartamudez se encuentra dentro de los trastornos del desarrollo dentro del apartado de trastornos de fluidez.
Hay varios factores que influyen en la sintomatología, que son los siguientes:
- edad: el tartamudeo de un niño consta de repeticiones cortas al inicio de las palabras y sin hipertensión. El adulto ya presentará una gran cantidad de síntomas.
- la gravedad del tartamudeo: la cual dependerá del porcentaje de palabras tartamudeadas, la tensión existente en las disfluencias (a mayor tensión, mayor gravedad), los movimientos asociados y las reacciones emocionales que acompañen al cuadro.
- la persona y sus reacciones a la tartamudez
Hay varias clasificaciones de tartamudez, pero me centraré en la que es más conocida y común. Según esta clasificación, tendremos tres tipo principales de tartamudez:
a) Tartamudez tónica: aparece tensión muscular persistente, bloqueos al hablar, paros espasmódicos, sincinesias y movimientos secundarios.
b) Tartamudez clónica: se presentan series de espasmos que producirán repeticiones al hablar y están acompañados o no de tensión muscular.
c) Tartamudez mixta: será una combinación de los dos tipos anteriores y recibirá distinto nombre dependiendo del componente predominante:
- tónico-clónica
- clónico-tónica
No voy a centrarme exactamente en todos los niveles a los que afecta la tartamudez, pero sí nombrarlos por su gran relevancia: nivel observable (disfluencias, movimientos asociados, cambios de velocidad, etc.), nivel cognitivo (autoeficacia y locus de control), nivel emocional (frustración, vergüenza, resignación, miedo, etc.) y nivel fisiológico (respiración, fonación y articulación).
Hay un organismo a nivel de España que ha realizado una gran labor para normalizar esta realidad. Se trata de la Fundación Nacional de la Tartamudez (https://www.fundacionttm.org/) y a continuación os voy a dejar algunos materiales que ha desarrollado con el fin de facilitaros la comprensión de este trastorno y poder integrarlo más en nuestro día a día como otra realidad más.
Tanto si sois padres de niños o niñas con tartamudez, o bien docentes o bien pediatras, estos contenidos os interesarán, pues han desarrollado unas guías específicas para cada colectivo interesado. Os dejo a continuación los enlaces directos:
¡Hasta la próxima!
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